Venta de entradas:
Una de las obras más conocidas del compositor gaditano, donde confluyen el carácter popular de la tradición gitana y la puesta en forma academicista de su acabado. En este sentido, cabe señalar el proceso de revisión, abarcando un periodo de diez años y once versiones hasta presentar la remodelación definitiva (1925) que aquí nos ocupa. En ella adquiere el protagonismo la orquesta sinfónica, que mantiene, además, la naturaleza coreográfica y vocal de anteriores versiones. Asimismo, lo teatral de su estructura queda reflejado en doce escenas entrelazadas como juego expresivo del material temático. Algunas de estas han adquirido entidad propia a causa de su popularidad, es el caso de La canción del fuego fatuo, adaptada por artistas como Miles Davis o Paco de Lucía.
Hablar de Falla es remitir a una figura clave en la historia de la música española, capaz de señalar la importancia de la cultura gitana en nuestra tierra, y hacerla universal gracias a la homogeneización cultural de la plantilla sinfónica. Con él se dan la mano, y acortan distancias, la “alta tradición” musical europea y las costumbres populares de nuestra tierra.
Esta suite escrita originalmente para piano solo, e inspirada en diez pinturas y dibujos de Viktor Hartmann (1834-1873), es una de las obras más paradigmáticas del poder evocativo de lo visual en lo sonoro. Capaz de provocar una suerte de sinestesia en el oyente que tenga acceso a las imágenes que sirvieron de premisa creativa a la música. De igual forma, la naturaleza evocadora de sus diseños melódicos y armónicos llamaron poderosamente la atención del compositor Maurice Ravel (1875-1937), que realizó en 1922 la magnífica orquestación que ha popularizado la partitura. Ejemplo del tratamiento en el colorido instrumental de las secciones por separado y en conjunto, de las que Ravel era un maestro. Con lo cual, el concepto pictórico en el juego de los timbres y tesituras mantiene viva la premisa original de su creación, y podemos entender que expande las posibilidades de la obra original para piano.
Uno de sus cuadros más conocidos es la majestuosa y espectacular La Gran Puerta de Kiev que pone fin a la obra. Ahora bien, no podemos olvidar el poder evocativo de todo el conjunto, con cuadros como Gnomos o El antiguo castillo, cuyos títulos remiten a poderosas imágenes ya en sus propios títulos. Sin duda, una gran muestra del ingenio melódico, armónico e instrumental tanto de su autor como orquestador.
Autor de los textos: Andrés Valverde Amador